¿Qué es una start up? Es la pregunta que mucha gente que a día de hoy se sigue haciendo. Según la Fundación del Español Urgente, la Fundéu en el mundo de los negocios, y muy especialmente en el ámbito de la innovación y las nuevas tecnologías, se denomina empresa startup a “aquella empresa que pese a su juventud y falta de recursos, consigue obtener resultados en el mercado y pasar a un siguiente nivel estructural al ser impulsada por otros inversores o absorbida por empresas ya consolidadas».
Explica también esta organización sin ánimo de lucro que en las informaciones económicas se encuentran a menudo este término en frases como: “El principal problema al que se enfrenta cualquier startup es la falta de financiación“ o “Amazon entra en España con la compra del 100 % de una startup nacional“. Es una palabra de lo más común en el entorno laboral en la actualidad.
Las startups están abiertas totalmente a la innovación. Además, tienen una gran eficiencia en la toma de decisiones, así como una mejor gestión de recursos humanos, un crecimiento mucho más rápido y una gran y directa interacción con sus clientes.
¿Cómo lanzarla para que sea todo un éxito?
El proceso de concebir la idea de una startup hasta lanzarla al mercado conlleva necesariamente una serie de tareas previas y análisis minucioso. Según la experiencia de algunos emprendedores, dan a conocer que en determinado momento sentían una falta de conocimientos sobre el funcionamiento real de una empresa y lo que comprende las labores de cada uno de sus departamentos. Para los que pasan por esa situación, en este artículo, se les recomienda ampliar los conocimientos en el ámbito empresarial, cursando, por ejemplo, un MBA en Valencia y así encaminarse al mundo emprendedor y laboral de la forma más exitosa.
Por otro lado, también es posible encontrar información en internet sobre las características de una startup. Sin embargo, no toda la información es correcta ni puede certificarse como verídica si no se ha llevado a la práctica. Desde la especializada revista Emprendedores apuntan que cuando estás desarrollando la primera versión de tu producto todavía te mueves en hipótesis: no sabes qué quiere exactamente tu cliente. Además de validar tu producto, tienes que asegurarte también de si tu modelo es escalable.
Por ello, es importante partir de un Producto Mínimo Viable (PMV). Se corre un alto riesgo al salir al mercado con un producto a medias. Dicho producto o servicio tiene que cumplir unas expectativas. Si en la primera toma de contacto, ya sea de forma física en el negocio o bien a través de Internet, de una página web o de las redes sociales; no es aceptado de forma positiva por el público, de nada sirve, pues luego costará más remontar y hacer que los posibles clientes cambien de opinión y confíen en tu empresa.
En dicha publicación dicen que no solo “hay que salir a vender, los aspectos financieros o el grado de desarrollo de producto“, sino que también hay que saber cuál es tu ventana de oportunidad y ahí comienzan los beneficios.