Cómo salir de la zona de confort

Salir de la zona de confort como profesional

La zona de confort es un concepto muy sonado últimamente y aunque muchas personas no tengan realmente claro lo que significa, saben que tienen que salir de allí para avanzar. Según la psicología, la zona de confort es “un estado en el que nos quedamos anclados porque sentimos una falsa comodidad o seguridad y pensamos que todo lo que se encuentra fuera nos genera miedo y ansiedad”.

Todo lo que está fuera de la zona de confort tiene que ver con la consecución de objetivos, la superación y la aceptación de retos y riesgos, y todo esto tiene tanta importancia a nivel personal como profesional. A continuación, ahondaremos un poco en el concepto y trataremos de dar una visión valiosa enfocada al mundo corporativo.

Zona de confort y emprendimiento

Cuando hablamos de emprendedores nos vienen a la cabeza muchos nombres: Steve Jobs, Jeff Bezos, Oprah Winfrey… todas estas personas son concebidas por la opinión general como visionarios, líderes capaces de transformar realidades o mentes brillantes con potencial inspirador. Sin embargo, como podemos esperar, convertirse en todo esto no es un camino fácil. Ser emprendedor requiere aceptar riesgos, enfrentarse a las adversidades con perseverancia y paciencia y, al fin y al cabo, salir de la zona de confort. 

Si les diesen a elegir, muchas personas elegirían un puesto de funcionario antes que lanzarse a ser emprendedor. Esto nos da una pista de que nuestra naturaleza humana tiende a buscar la comodidad y que existe cierto recelo ante los retos que conllevan cierto nivel de riesgo.

El primer paso para salir de la zona de confort es la aceptación de la incertidumbre que hay más allá. Sabemos que fuera de ella vamos a encontrarnos con problemas que resolver, pero no debemos permitir que el miedo nos paralice. “Si te da miedo, hazlo con miedo”.

A nivel profesional debemos identificar las limitaciones que impiden el avance hacia nuestros objetivos. Perder el miedo al fracaso, a los cambios, a lo que no conocemos es una de las claves para crecer profesionalmente. Para este cometido es importante mantener una actitud proactiva y no retrasar el momento de tomar decisiones que nos impulsen hacia la consecución de nuestras aspiraciones.  Es necesario esforzarse, formarse y aprender nuevas habilidades, si por ejemplo no tenemos la confianza suficiente para desarrollar un nuevo proyecto empresarial. Ganar esa confianza puede conseguirse estudiando un Máster en Administración de Empresas o MBA. Un programa formativo de estas características es una oportunidad para adquirir y/o actualizar conocimientos, o para tener más oportunidades y salidas profesionales. No hay duda que requiere un gran esfuerzo de estudio y trabajo, pero posiciona en un lugar muy ventajoso para orientar la vida laboral o dar el salto y emprender con más garantías de éxito y autoconfianza.

Salir de la zona de confort como profesional

Cómo hacer que nuestra mente salga de la zona de confort

Para salir de la zona de confort, necesitamos provocar cambios en nuestra neuroquímica cerebral. Al fin y al cabo, detrás de lo que somos como profesionales está lo que somos como personas, por lo que debemos de sincronizarlo todo. Es muy importante hacernos una promesa a nosotros mismos antes de comenzar esta aventura: no vamos a hacer caso a las excusas que nos pongamos durante el proceso. Esa voz enjuiciadora que todos llevamos dentro nos acompañará en nuestro desarrollo, pero nuestra misión es ignorarla lo máximo posible.

La zona de confort es un concepto muy ligado a la rutina, al gusto por la cotidianidad y a la desconfianza ante las nuevas experiencias. Sin embargo, todo aquello que nos extrae de nuestra rutina y nos obliga a buscar nuevas formas de actuar es lo que nos hará crecer, nos hará ganar experiencias distintas y superarnos a nosotros mismos.

Otro concepto muy importante relacionado con salir de la zona de confort es la creatividad. La creatividad no es solo una herramienta para actores, pintores y cantantes, sino que es una habilidad que puede ser entrenada por cualquier ser humano y que tiene que ver con actuar de manera distinta, experimentar y generar nuevas ideas y nuevas formas de hacer las cosas. Si probamos a hacer cosas distintas cada día, por pequeñas que sean, estaremos practicando creatividad y nos daremos cuenta del sinfín de posibilidades que se abren ante nuestros ojos

Súmale una dosis de cautela

Una vez conseguido cierto nivel de motivación y tolerancia a los riesgos, debemos aprender a pararnos a pensar y revisar los pasos que estamos dando. Esto no debe suponer un retroceso, ni quiere decir que debamos volver al punto en el que estábamos antes ni a retomar nuestros miedos. Para un emprendedor, es igual de importante aprender a lanzarse movido por la intuición que usar su capacidad de razón.

Al igual que tomamos riesgos, debemos aprender a valorar cuales nos merecen la pena y nos aportan valor. Por eso es importante tener un mínimo de cautela, principalmente a nivel financiero. La estructura financiera de nuestra empresa es la columna vertebral de nuestro negocio, y mantener una vigilancia continuada es realmente importante a la hora de enfocar nuestro emprendimiento en la dirección marcada.