¿Cómo crear un DAFO para una empresa?

Antes de poner en marcha un negocio o incluso cuando éste ya se encuentra en pleno funcionamiento, por lo general, se presenta la necesidad de contar con información clave para tomar decisiones de orden estratégico relacionadas con la ejecución o no de algún proyecto. Existen diferentes maneras de valorar la pertinencia de un proyecto, análisis de la competencia o situación de la empresa en particular.

Sin embargo, una herramienta útil, muy utilizada en distintos métodos de gestión empresarial y que ofrece un diagnóstico fiable, sencillo y completo, cuyo uso además se ha extendido mundialmente es la matríz DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), en inglés con la sigla SWOT (Strengths, Weaknesses, Opportunities and Threats).

¿Para qué sirve un DAFO?

Dicen los expertos en la materia que las primeras cuestiones que debes plantearte a la hora de crear una empresa, incluso cuando estás en plena etapa del desarrollo de tu proyecto de creación de empresa, es: “¿Qué va a ganar tu cliente contigo y qué puedes ofrecerle tú que no pueda ofrecerle otra empresa?”.

Hoy en día la competencia es muy amplia y un empresario tiene que saber diferenciarse. Hay que tener muy claro cuál es el factor clave que mueve al cliente hacia tu empresa, es decir, qué le vas a ofrecer, y qué valor añadido tienen tus productos o servicios. No es una tarea sencilla, y un análisis DAFO  puede ser muy útil y además te permite conocer más tu negocio.

Una explicación un poco más detallada

Realizar un análisis DAFO consiste en evaluar las fortalezas y debilidades que están relacionadas con aspectos internos del proyecto y las oportunidades y amenazas que se refieren al micro y macro entorno del proyecto.

El Análisis DAFO trata de detectar las fortalezas y debilidades de la empresa que originen ventajas o desventajas competitivas. A nivel interno de la empresa se estudian diversos factores:

  • La producción: capacidad de producción, costes de fabricación, calidad e innovación tecnológica.
  • El marketing: línea y gama de productos, imagen, posicionamiento y cuota en el mercado, precios, publicidad, distribución, equipo de ventas, promociones y servicio al cliente.
  • La organización: estructura, proceso de dirección y control y cultura de la empresa.
  • El personal: selección, formación, motivación, remuneración y rotación.
  • Las finanzas: recursos financieros disponibles, nivel de endeudamiento, rentabilidad y liquidez.
  • Investigación y Desarrollo: los nuevos productos, patentes e impulso de la innovación.

También se analizan otros aspectos externos como el mercado (definir el target y sus características), los aspectos generales (tamaño y segmento de mercado, evolución de la demanda, y deseos del consumidor), y otros de comportamiento (tipos de compra y conducta a la hora de comprar).

En lo referente al sector, se trata de detectar las tendencias del mercado para averiguar posibles oportunidades de éxito, estudiando las empresas, fabricantes, proveedores, distribuidores y clientes.

También se estudia  la competencia, identificando y evaluando a la competencia actual y potencial, analizando sus productos, precios, distribución, publicidad, etc.

Por último, se analizan el entorno y los factores que no se pueden controlar, como los económicos, políticos, legales, sociológicos, tecnológicos, etc.