Qué es el Balance de Situación

Qué es un Balance de Situación

Si tu objetivo es dirigir y gestionar tu propio proyecto empresarial hay una serie de conceptos que debes tener claros desde un inicio. Uno de ellos es el balance de situación que te permite conocer la situación financiera de una organización al concluir un periodo contable.

A través de este informe podrás conocer el valor de tu empresa en un momento concreto y esto es vital para poder planificar cualquier tipo de acción futura con éxito. En este artículo profundizamos en el concepto de balance de situación y su importancia para el óptimo desarrollo empresarial.

¿En qué consiste un Balance de Situación?

Un balance de situación es un estado financiero que recoge los activos, los pasivos y el capital social de una empresa. El objetivo de este informe es brindar una panorámica general sobre el estado económico y financiero de la entidad en un periodo de tiempo dado (un mes, un trimestre, un año…).

Así, a través del balance de situación, también conocido como balance general o estado de situación patrimonial, se resumen las finanzas de la organización. Esta información se refiere a: qué posee (propiedades, equipos…), qué debe (capital adeudado en forma de préstamos, pagos a proveedores…) y cuál es el patrimonio neto de los propietarios del negocio (recursos propios).

Balance de Situación

Es clave para el buen rendimiento de una empresa que su balance general esté equilibrado, es decir, que el valor total de sus activos sea igual a la suma del valor de sus pasivos y su patrimonio neto. Se corresponde con el resultado de la siguiente fórmula:

Fórmula Activo más Pasivo

Activos

Se corresponden con los bienes, recursos y derechos que posee una empresa. Dentro de los activos se pueden distinguir dos categorías: corrientes y no corrientes.

  • Los activos corrientes o circulantes se pueden convertir en capital líquido en un plazo máximo de un año dado que están en constante movimiento. Se corresponden con mercancías, inventario (materias primas, productos en producción, productos en stock…), inversiones financieras, deudas de clientes o dinero en cuentas corrientes, entre otros.
  • Todo aquello que no se planea convertir en efectivo en el plazo de un año se denomina activo no corriente. Dentro de ellos se engloban los activos fijos (inmuebles, terrenos, equipos, maquinaria…), las inversiones a largo plazo o los activos intangibles como patentes, derechos de autor o acuerdos de franquicia.

Pasivos

Las obligaciones y las deudas de una empresa (capital que debe) conforman los pasivos. Al igual que los activos, se pueden clasificar en pasivos corrientes o circulantes (con vencimiento dentro de 12 meses) como nóminas, impuestos o alquileres, entre otros; y pasivos no corrientes que vencen a largo plazo como fondos de pensiones, bonos o deudas a largo plazo.

Patrimonio Neto

Es el capital que posee la empresa en ese momento. Contempla tanto el capital social (dinero invertido por los accionistas en el negocio) como las ganancias retenidas (total de ingresos netos que una organización decide mantener).

¿Por qué es necesario el balance de situación en la empresa?

El balance de situación es, junto a la cuenta de resultados, el estado de cambios en el patrimonio neto y los estados de flujos, uno de los estados financieros fundamentales que manejan las empresas y que ayudan a reflejar la contabilidad del negocio. Así, el balance de situación, leído en conjunto con otros documentos financieros, proporciona información y métricas imprescindibles para las empresas como la liquidez, la eficiencia o el apalancamiento.

  • Liquidez: permite tener una imagen de la cantidad de efectivo que dispone la empresa y si está capacitada para cumplir con los próximos pagos. La clave es que los activos corrientes siempre sean mayores que los pasivos corrientes para que la organización tenga cubiertas sus obligaciones a corto plazo.
  • Eficiencia: comparando la cuenta de resultados con el balance de situación, la empresa puede medir la ratio de eficiencia con la que emplea los activos para generar ingresos.
  • Apalancamiento: a través del balance general la entidad puede calcular el nivel de endeudamiento (apalancamiento financiero) y, por ende, averiguar el riesgo financiero que enfrenta.

Información de importancia para la toma de decisiones

Las entidades bancarias también recurren al balance de situación para valorar si una empresa resulta apta para la concesión de préstamos o créditos. Por su parte, a través de este documento los inversores actuales y futuros pueden hacerse una idea de la solidez financiera de la compañía, analizar su potencial de crecimiento y tomar decisiones en consecuencia.

Asimismo, tanto clientes como proveedores pueden tener en cuenta el balance de situación para asegurarse de establecer relaciones y mejorar acuerdos con compañías financieramente sólidas, estables y de confianza.

Podemos concluir que el balance de situación es un instrumento clave en manos de directivos y gerentes, ya que permite evaluar la salud financiera de la entidad para operar a futuro.  Además, permite detectar posibles problemas con suficiente antelación para poder diseñar las estrategias más adecuadas y rentables y estar en condiciones de afrontarlas con éxito.